sábado, 26 de septiembre de 2015

Algún día

Hola lectores del cielo. Bueno, ahora que el verano se acaba, un pequeño homenaje desde este blog, ya que lo he disfrutado como nunca. No digo que haya sido el mejor, pero ha sido diferente.


Algún día volverás, y te estaré esperando.
Ese mismo día te abrazaré, y sentiré tu felicidad.
Ese día sabré que has vuelto, y sonreiré.
Ese día me volveré como tú, vivaracho.

Algún día sabré que todo vuelve a comenzar.
Ese día recordaré lo que vivimos.
Ese día volveré a verte, con gran alegría.
Ese día estaré muy contento.

Algún día me daré cuenta de que no volverás, o al menos no igual.

Ese algún día, para que al fin llegue, falta mucho.
Para que se cumpla todo lo que he dicho queda un largo que camino,
que habremos de recorrer, para que, todos nosotros,
volvamos a ver ese algún día posible

Algún día llegará ese gran día,
y ese algún día llegará pronto,
y ese pronto llegará tarde,
y ese tarde puede que ni llegue hasta ti.

Lo que quiero decir es que a veces no
pasa todo lo que queremos como queremos,
y nos enfadamos por nuestra incapacidad,
y tenemos ganas de destruir todo por lo que una vez luchamos.

Nos entran ganas de destruir nuestro mundo,
solo porque no fuimos capaces.
Nos entran ganas de destruir lo que nos costó construir,
porque nos sentimos imponentes ante ello.

Nos da la rabia de no ser capaces,
y eso es por nuestro orgullo.
Nos dan ganas de arrancar,
pero estamos oxidados.

Y cuando queremos arrancar,
solo pisamos el freno.
Así, cuando necesites frenar,
no podrás.

¿Y sabes porque ocurre todo eso?
Es simple, porque la vida es así.
La vida te impide frenar y arrancar a su antojo.
La vida, te guste o no, te tiene como títere.

Y la única forma de liberarse,
es pensar que ese tarde puede llegar,
y el pronto le seguirá acompañado del:
algún día, y ese gran día, será hoy.

La única forma de que la vida
no acabe contigo, amigo,
es acabando tú con la vida,
plantándole cara.

La forma más sencilla es
arrancar cuando quiera que frenes,
y hacerla frenar cuando vaya a toda
la velocidad posible.

Hacer que viva en una
montaña rusa impulsada por el viento.
Y que cuando que llegué arriba,
caiga de nuevo.

Cambiarse los papeles,
y dirigir tú tu propia vida.
Ser tú quien la tenga a ella,
y jamás dejar que te dirija.

Y así será simple ver amanecer ese
gran día que sé que esperabas con
bastante impaciencia, ese amanecer
lleno de gran felicidad: el verano.


Valiente es aquel que no toma nota de su miedo- General Patton

Espero que os guste, besos!

Hasta que se unan nuestros cielos.






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